ADVIENTO

sábado, 28 de noviembre de 2009

El domingo 29 comenzamos un nuevo tiempo litúrgico, y a la vez un nuevo ciclo en la liturgia católica, el Ciclo C año par; del cual hablaremos más adelante. Hoy nos centraremos en hablar acerca del Adviento y de su corona, propia de este tiempo.

¿QUÉ ES EL ADVIENTO?


La palabra "Adviento" viene del latín Adventus y significa "advenimiento", es decir, "llegada" y es una etapa de 4 semanas en la que nos preparamos para la Navidad.
Así como preparamos la casa para recibir a un invitado muy especial y celebrar su estancia con nosotros, durante los 4 domingos que van antes de la fiesta de Navidad, los cristianos preparamos nuestra alma para recibir a Cristo y celebrar con El su presencia entre nosotros.

Ahora que se acerca la Navidad, dedicamos mucho tiempo, dinero y esfuerzo a "preparar" cómo vamos a celebrar la Noche Buena, con quién vamos a estar, qué vamos a regalar, qué vamos a comer...

Pero todo este ajetreo no tiene sentido si no consideramos que Jesús es el festejado, a quien tenemos que acompañar y agasajar ese día

Y ¿CÓMO NOS VAMOS A PREPARAR PARA EL NACIMIENTO DE JESÚS?

Se trata de mejorar nuestra vida, preparar nuestro corazón para que pueda nacer Jesús en él. Y la manera de prepararlo es con la oración, el sacrificio y la generosidad hacia los que nos rodean, es decir, tenemos que ser mejores en nuestra vida para recibir a Jesús.


Algunas maneras de prepararnos son:
• Hacer una corona de Adviento para hacer la ceremonia cada semana. Esta es una corona que tiene en el centro 4 velas. Cada semana, en familia, se leen unas lecturas, se hace una oración y se prende una vela para recordar que Jesús trajo la luz al mundo.
• Hacer un calendario con los días que faltan para Navidad y hacer un propósito diario, como estar alegre todo el día, rezar un Padre Nuestro, dar algo mío a la gente necesitada, visitar a Jesús en el Sagrario, visitar a algún pariente enfermo, rezar el Rosario


¿QUÉ HACE LA IGLESIA DURANTE EL ADVIENTO?
Este tiempo de Adviento tiene dos significados:
• Preparación para la Navidad.
• Espera y preparación para la segunda venida de Jesús al final de los tiempos.
La Iglesia, durante las 4 semanas anteriores a Navidad y especialmente los domingos, dedica todas las lecturas, y la Misa a hablar y meditar acerca del nacimiento de Jesús en la tierra el día de Navidad. Y también a meditar acerca de su próxima llegada triunfal al final de los tiempos, y la disposición que debemos tener para recibirlo en ese día que no sabemos cuándo será.

La Iglesia utiliza el color morado en los ornamentos de los Sacerdotes y en las celebraciones, para recordarnos la actitud de cambio, preparación y sacrificio que debemos tener.

La Iglesia tiene un calendario que se llama "litúrgico", de acuerdo al cual vivimos todas las celebraciones importantes (Navidad, Semana Santa, Pentecostés, etc.) a lo largo de un año. Este año es diferente del año normal de calendario. Este año litúrgico empieza el Primer Domingo de Adviento y termina el día de la Fiesta de Cristo Rey (que fue el pasado domingo 22 de noviembre).

SIGNIFICADO DE LA CORONA DE ADVIENTO
• EL CIRCULO. El círculo es una figura geométrica que no tiene principio ni fin. La corona de adviento tiene forma de círculo para recordarnos que Dios no tiene principio ni fin, es eterno. También nos ayuda a tomar conciencia de que de Dios venimos y a El vamos a regresar.
• EL VERDE DE LAS HOJAS. La corona se hace de follaje verde (ramas de pino o de cualquier árbol) y esto representa que Cristo está vivo entre nosotros (el verde es vida), además de que nos recuerda nuestra vida de gracia y la esperanza que debemos tener durante el Adviento.
• LAS VELAS. Las 4 velas representan los 4 domingos de Adviento. Las 3 primeras que se encienden son moradas para recordarnos el espíritu de vigilia y preparación que debemos tener para prepararnos. La última vela es rosada o blanca y simboliza que la llegada del Señor está muy cerca. El día de Navidad las velas se sustituyen por rojas que simbolizan el espíritu de fiesta de la reunión familiar.
• LA LUZ. La luz de las velas simboliza la luz de Cristo que buscamos desde siempre porque nos permite ver el mundo y nuestro interior. Cada domingo se enciende una vela. El hecho de ir prendiendo una a una poco a poco nos recuerda como conforme se acerca la luz, la oscuridad se va disipando. Jesús es la luz del mundo.

RECETA PARA VIVIR BIEN EL ADVIENTO
Reconcíliate: Con Dios (en la Confesión) y con tu prójimo.
Comparte: Da un poco de tu tiempo, tu dinero y tus cosas a otros que lo necesiten (aunque tengas poco, comparte lo poco que tengas).
Comulga: Acércate a Jesús en la Eucaristía, vive tu Misa, ve a Misa no solamente en domingo.
Ora: Dedica un poco de tu tiempo para hablar con Dios. Uno tiene tiempo para lo que ama. Si amas a Dios, dále un poco de tu tiempo.
Material extraído de la Pastoral Juvenil Coyuca - México


















LAS ADVOCACIONES DE LA VIRGEN MARÍA

jueves, 26 de noviembre de 2009

Se conoce como advocaciones, a las distintas formas de nombrar o referirnos a la Santísima Virgen. Es común que muchos cristianos, por falta de información o mejor dicho "formación", confundan esos distintos nombres con distintas santas o "virgencitas", como suelen llamarle. La Madre de Jesús es la Virgen María. Y los católicos solemos "apodarla" de distintas maneras. Ella misma, por voluntad propia ha querido manifestar su deseo de llamarse en diferentes formas, así como en el caso de Guadalupe en México, etc. En otros casos para dejar testimonio del lugar en donde se ha manifestado la Virgen, se la llama con el nombre de la localidad en donde aconteció el hecho, como en el caso de Lourdes, Fátima, Luján, etc.



De esta manera, encontraremos que llamamos a María como "Nuestra Señora del Rosario", Virgen de Lourdes, Virgen de Fátima, Nuestra Señora de la Paz, Madre de la Eucaristía, La Virgen del Carmen, La Virgen de la Medalla Milagrosa, y cientos de formas más. Pero siempre nos referimos a nuestra Santa Mamá del Cielo. ¿Que niño no ha llamado a su madre de cientos de maneras cariñosas? Es por eso que no debemos confundirla, como si se tratara de distintas personas o distintas santas.


Apariciones de la Virgen María

Las apariciones de María empezaron en los años 40 después de Cristo, probablemente antes de que falleciera, ante el Apóstol Santiago en Saragoza, España. Ella se les ha aparecido a otros en intervalos irregulares a través de los dos mil a-os desde el nacimiento de Jesús. Las características de sus apariciones se han mantenido de manera consistente. Ella usualmente en un globo de una Purísima luz blanca, vestida con una túnica larga y la cabeza cubierta con una variedad de colores dependiendo del tipo de mensaje que vaya a dar. Sus pies están usualmente rodeados por una nube o niebla y ocasionalmente se la ve llevando a su hijo en los brazos. Un número de sus apariciones son precedidas por inusuales fenómenos tales como la observación de rayos y truenos en un cielo límpido, las apariciones de seres angelicales o nubes de formas con significancia religiosa tales como una cruz o una puerta abierta así como otros inexplicables eventos.

NOVIEMBRE: MES DE MARIA

lunes, 23 de noviembre de 2009

Cuando hablamos de María no podemos dejar de mencionar sus dogmas. Muchos hermanos conocen cada uno de ellos, pero no muchos saben el significado de dogma. Los dogmas son aquellas doctrinas que la Iglesia propone para ser creídas como formalmente reveladas por Dios. Los dogmas pertenecen al depósito de la fe de una manera irreversible. Doctrina es toda verdad enseñada por la Iglesia como necesaria de creer.



La Iglesia nos enseña cuatro dogmas acerca de la Virgen María: 1) la Maternidad Divina, 2) la Inmaculada Concepción, 3) la Perpetua Virginidad y 4) la Asunción al Cielo.


El Dogma de la Maternidad Divina consiste en que la Virgen María es verdadera Madre de Dios por haber engendrado por obra del Espíritu Santo y dado a luz a Jesucristo, no en cuanto a su Naturaleza Divina, sino en cuanto a la Naturaleza humana que había asumido. La Iglesia afirma este dogma desde siempre, y lo definió solemnemente en el Concilio de Éfeso (s V). El Concilio Vaticano II menciona esta verdad con las siguientes palabras: “Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles acuden con su súplicas en todos sus peligros y necesidades.”


El Dogma de la Inmaculada Concepción reside en que la Virgen fue preservada inmune de la mancha del pecado original desde el primer instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano. Esta verdad fue proclamada como Dogma de Fe por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854.


El Dogma de la Perpetua Virginidad consiste en que la Madre de Dios conservó plena y perdurablemente su Virginidad. Es decir, fue Virgen antes del parto, en el parto y perpetuamente después del parto. La Iglesia afirma este Dogma desde el Credo compuesto por los Apóstoles.


El Dogma de la Asunción al Cielo radica en que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen, cumplido el curso de su vida terrestre fue subida en cuerpo y alma a la gloria celestial. Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío XII el 1º de noviembre de 1950.


Además de estos privilegios, Nuestra Señora tiene los siguientes títulos: Madre de los Hombres, Madre de la Iglesia, Abogada Nuestra, Corredentora, Medianera de todas las gracias, Reina y Señora de todo lo creado y todas la alabanzas que contiene el Rosario.