Se acerca el cumpleaños de nuestra Iglesia

jueves, 29 de abril de 2010


Aquí van algunos datos importantes para saber quién fundó tu iglesia y algunos de los principales fundadores de iglesias:

La iglesia luterana fue fundada por Martín Lutero, un ex-monje católico, en el año 1524.

La iglesia anglicana fue fundada por Enrique VIII en 1534 porque el Papa no le concedió el divorcio para poder casarse con Ana Bolena.

La iglesia presbiteriana fue fundada por John Knox en Escocia, en el año 1560.

La Iglesia Episcopaliana es una rama de la iglesia de Inglaterra fundada por Samuel Seabury en las colonias de Estados Unidos en 1785.

Charles Taze Russell inició la iglesia de los Testigos de Jehová en Pensilvania, en 1879.

La religión Metodista fue organizada por J & C Wesley en Inglaterra en 1739, cuando decidió separarse de los anglicanos.

José Smith inició el grupo mormón (Santos de los Ultimos Días), en Palmyra, N.Y. en 1830.

Los orígenes de la iglesia bautista se remontan al año 1609, cuando a John Smith fundó esta religión.

Teùfilo Lindley fundó la iglesia Unitaria en Londres en 1774.

El movimiento adventista del Séptimo día, fue creado por William Miller, un granjero americano bautista. La iglesia se organizó posteriormente hacia 1860.

El Ejército de Salvación es una iglesia evangélica creada por William Booth en Londres en 1865.

La religión de la Ciencia Cristiana se remonta a 1879 cuando María Baker Eddy decidió que necesitábamos una nueva religión.

La Iglesia Pentecostal o Asambleas de Dios comenzó alrededor de 1914 en Hot Springs, Arkansas.

La Iglesia Católica la fundó Jesucristo el día de Pentecostés en el año 33, en Galilea. Lee: Mateo 16,18-19 y Hechos 2.

Sí, la IGLESIA CATÓLICA es la única fundada por JESÚS sobre el Apóstol Pedro, y que perdurará hasta el fin del mundo. La única que tiene 2000 años de antigüedad. La única que tiene la plenitud de los medios de salvación dejados por Jesucristo.

Jesús no delegó ni autorizó a nadie más que a Pedro para ser piedra de cimiento de su Iglesia. Por tanto, todos los fundadores de iglesias que aparecieron posteriormente, contravienen la expresa voluntad de Jesús.

Jesús le dijo a Pedro: «Y ahora Yo te digo que tú eres Pedro -o sea, Piedra- y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y los poderes del infierno no la podrán vencer» (Mt. 16, 18). Y Pedro hoy está representado por el Papa, Pastor de la Iglesia universal.
Jesús dijo: «Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» Mt. 28, 20 Y esta presencia de Jesús se ha mantenido y guardado hasta hoy en toda su integridad sólo en la Iglesia Católica, ya que es la única que ha perdurado sin interrupción desde su fundación hasta nuestros días. Es la única que ha sido objeto de esta presencia de Jesús desde su origen hasta hoy.
La Iglesia Católica tiene dos mil años de historia, dos mil años de vida, dos mil años con la presencia de Jesús en medio de nosotros. ¿Qué otra Iglesia puede lo mismo?

Bendito sea Dios, que en su infinita bondad, nos ha llamado a formar parte de la Iglesia Católica, la única querida y fundada por Jesús, la única que contiene la plenitud de los medios de salvación dejados por Jesucristo.




El Vía Lucis, ¿qué es?

jueves, 22 de abril de 2010


Vía Lucis: camino de la luz, camino del Señor Resucitado


El Vía Lucis puede ser un medio para que los fieles comprendan vitalmente el segundo momento de la Pascua del Señor: la Resurrección. (Eduardo A. González)
En distintos países se ha comenzado a popularizar una práctica que se extiende durante todo el período de Pascua y muestra a Jesús, vencedor de la muerte, manifestándose como el Señor Resucitado.
En diciembre de 2001, la Santa Sede promulgó un Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, que elogió el Vía Lucís de la siguiente manera:
Un piadoso ejercicio del llamado vía lucís se ha desarrollado y extendido a muchas regiones en los últimos años. Siguiendo el modelo del VIA CRUCIS, los fieles meditan sobre las diversas apariciones de Jesús - de su Resurrección a su Ascensión - en las que muestra su gloria a los discípulos que esperaban la venida del Espíritu Santo (cf. Jn 14, 26, 16, 13-15; Lc 24, 49), el fortalecimiento de su fe, sometidos a la finalización de su enseñanza sobre el Reino y definirse con mayor precisión la estructura sacramental y jerárquica de la Iglesia… el Vía Lucis, siempre que se realice con fidelidad al texto Evangélico, puede ser un medio para que los fieles comprendan vitalmente el segundo momento de la Pascua del Señor: la Resurrección”.
El Vía Lucis, además, puede convertirse en una óptima pedagogía de la fe, porque, como se suele decir, “per crucem ad lucem” - “por la cruz a la luz”. Con la metáfora del camino, el Vía Lucis lleva desde la constatación de la realidad del dolor, que en el plan de Dios no constituye el fin de la vida, sino la esperanza de alcanzar la verdadera meta del hombre, es decir, la liberación, la alegría, la paz, que son valores esencialmente pascuales.
El Vía Lucis, finalmente, en una sociedad que con frecuencia está marcada por la ‘cultura de la muerte’, con sus expresiones de angustia y apatía, es un estímulo para establecer una ‘cultura de la vida’, una cultura abierta a las expectativas de la esperanza y a las certezas de la fe.
Para diseñar un Vía Lucis, se puede dividir el final del Evangelio de San Lucas y algunos textos de su otra obra, los Hechos de los Apóstoles, en las tradicionales Catorce Estaciones. Después de cada una se sugiere permanecer un instante en silencio, formular intenciones libres y acompañarse con cantos adecuados al tiempo pascual.

Historia
En el verano de 1988, el Padre Sabino Palumbieri, Profesor de Antropología en la Universidad Salesiana de Roma y fundador de la comunidad misionera Testigos del Resucitado, propuso la creación de un nuevo conjunto de las estaciones, centrado en la Resurrección y los acontecimientos posteriores de la misma, a fin de hacer hincapié en lo positivo, la esperanza de la historia cristiana que, aunque no ausentes de las Estaciones de la Cruz, está oculto por su énfasis en el sufrimiento. La primera gran celebración pública de esta devoción fue en 1990, tras lo cual ganó un mayor valor.
La fórmula era y es la de la devoción itinerante como participación en la vida y en la alegría del Señor Resucitado.
En 1989 el Vía Lucis es presentado al sucesor de Don Bosco, don Egidio Viganó que se implicó y nombró una comisión teológica para estudiar criterios y formularios diversificados. Surgieron algunos para comunidades parroquiales, otros para grupos comprometidos y para jóvenes y para personas consagradas. Existe también un texto para niños, para los cuales también hay una reelaboración dramatizada con base musical. Se ha publicado también el Vía Lucis para los que sufren.
El Vía Lucis, nacido en sencillez en y para el Movimiento, que estaba en busca de una oración que expresara el propio carisma, se difundió, por obra y gracia del Espíritu, tan rápidamente que en abril de 1990 se celebró solemnemente el primer Vía Lucis presidido por el sucesor de Don Bosco, Don Egidio Viganó, en Roma, sobre el suelo de las Catacumbas de San Calixto, con ocasión del Capítulo general de los salesianos. Y fue significativo celebrarlo solemnemente por primera vez allí donde reposan los mártires, testigos perennes de una fe inquebrantable en el Resucitado.
Siguió la notificación a Juan Pablo II, precisamente por parte del Rector Mayor. Algunos introdujeron enseguida en la propia diócesis la práctica del Vía Lucis como llegada a la alegría de la vida cristiana, después de la experiencia del Vía Crucis.