En nuevo libro Benedicto XVI explica a los niños quiénes son los Apóstoles

martes, 27 de julio de 2010


Un nuevo libro que recoge diversas catequesis del Papa Benedicto XVI en las audiencias generales de los miércoles busca presentar a los niños, también a través de diversas ilustraciones, quiénes eran los doce Apóstoles y San Pablo.
El texto titulado "Los Amigos de Jesús" tiene diversas imágenes creadas por Franco Vignazia y su prólogo ha sido escrito por el presidente de la fraternidad Comunión y Liberación, P. Julián Carrón.
En el prólogo dado a conocer por L’Osservatore Romano, el sacerdote explica que "había un pequeño grupo de hombres que un día, hace dos mil años, que se encontró con un joven que caminaba por las calles de Galilea, en Medio Oriente. Cada uno tenía su propio trabajo y su propia familia, pero en un instante su vida cambió".
"Se llamaban Andrés y Juan, Pedro, Mateo, Tomás… Eran doce y nosotros ahora los conocemos como ‘los apóstoles’. Uno de ellos, después lo traicionó y en su lugar fue elegido Matías". En aquella época, prosigue el P. Carrón, "en Jerusalén todos sabían que eran los ‘amigos’ de Jesús. Los veían andar de pueblo en pueblo, siguiendo siempre a su Maestro en todo lo que hacía".
A ellos se les unió después San Pablo, cuya vida cambió por completo tras su encuentro con Jesús que le preguntó "¿Por qué me persigues?"
Ahora, prosigue, "Benedicto XVI es el sucesor de Pedro, a quien Jesús le dio la tarea de guiar a la Iglesia como primer Papa" quien nos "toma de la mano y nos acompaña para descubrir quiénes eran los primero compañeros de Cristo, cómo lo encontraron y cómo fueron conquistados por Él hasta decidir no abandonarlo nunca más".
"El Papa nos lleva dos mil años atrás en la historia y nos hace ser testigos de lo que Jesús hizo y les dijo a estos hombres" como cuando le preguntó a Pedro si lo amaba.
Benedicto XVI, recuerda el P. Carrón, comenta sobre el apóstol predilecto de Jesús, Juan, que era el más joven: "que el Señor nos ayude a seguir la escuela de Juan para así sentirnos amados por Cristo ‘hasta el fin’ y a entregar la vida por Él".
Publicado en http://www.aciprensa.com/ el 22 de julio de 2010.




“En el seminario aprendí a vivir”

lunes, 26 de julio de 2010

Así lo manifestó Maxi Garaicochea, a muy poco de ser ordenado sacerdote. En esta entrevista nos cuenta como está viviendo este tiempo y su trabajo en la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Coronel Suárez.



“Ante las proximidades de cosas importantes en la vida, a medida que va pasando el tiempo y se acorta el tiempo, es ahí donde uno tomo conciencia de la realidad de la situación, cual es la importancia de lo que uno va a ser en la vida.” Esta era la respuesta que nos daba el diácono Maxi cuando le preguntamos como está viviendo estos pocos más de 30 días para su sí definitivo a Dios.
Hace tres meses atrás Maxi no ocultaba la emoción de la noticia de que el 27 de agosto sería ordenado sacerdote en nuestra parroquia, noticia que el propio obispo de la Arquidiócesis de Bahía blanca, Monseñor Guillermo Garlatti, se la comunicaba por teléfono. Hoy la situación ha cambiado, y la emoción también: “estoy con un poco de miedo, pero no miedo por el paso que uno va a dar, sino miedo por lo grande que es lo que a uno se la a confiar. No es ese miedo o temor de neutralizarte o paralizarte, es un poco de miedo porque lo que se viene es muy grande. Es muy grande para uno, para mi en particular, pero creo que para todo hombre también. Es una mezcla de ansiedad, de que ya llegue el momento… son sentimientos encontrados. Y con todo esto a cuesta seguir trabajando como todos los días.” Aquí quiero compartir, a título personal, que todos hemos pasado por este estado de ánimo cuando hemos tomado una decisión, que sabemos, es para toda la vida, como es el matrimonio o el ejercer una profesión ya sea médico, abogado, docente, etc.

Y a ese trabajo de todos los días al que hacía referencia nuestro entrevistado, son las tareas que tiene a su cargo en la parroquia Virgen del Carmen de Coronel Suárez, trabajo que no es poco.
A nuestra pregunta de cual es ese trabajo, Maxi no dudó en decir “de todo, literalmente, de todo. Desde estar con los monaguillos, hasta trabajar con uno de los dos grupos de scout que hay en Suárez. Trabajando también con el Distrito Nº 2 de Scout Argentina que comprende Suárez, Pringles y Darregueira.”
También el futuro sacerdote nos decía: “el padre Diego (Kesler) que es el párroco de allá, me encargó el acompañamiento del Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana, darle también una mano a uno de los coros que canta en la misa de los domingos a las 19 horas, visitando las capillas, escuchando a la gente, charlando con ellas también.”
Maxi señalaba que todo este trabajo que está haciendo, como etapa previa a su ordenación, es muy importante porque forma parte de su educación como futuro sacerdote, y agregó “a veces cuando uno es tan pichón, dice si a todo, pero ahora uno se va dando cuenta que también tiene que decir hoy no, es muy urgente? Sí; cuánto? Lo necesario. Por que la gente no es mala, pero es muy demandante y muy absorbente, entonces quien tiene que poner la forma es el cura, el pastor. Y eso se aprende.”
Ante todo esto, la pregunta es ¿alcanza el día? Y la respuesta fue: “y para hacer todo lo que a uno le gustaría, no. Pero para hacer todo lo que a uno le gustaría el día tendría que tener 38 horas y aún así te quedaría corto el tiempo. Uno llega al final del día cansado, a veces se acuesta tarde, se levanta muy temprano, pero contento por lo que hace,” apuntaba Maxi Garaicochea.
En otra parte de la entrevista, nos decía que en “Suárez hay mucho para hacer y mucho por hacer, también se atiende un pueblito que se llama Cura Malal, nueve capillas y la parroquia”.
Pero una vez ordenado sacerdote, le preguntamos cómo serían las actividades de ahí en más, a lo que manifestó “hasta este momento la mayoría de las cosas las veníamos haciendo yo con Diego atrás, si Dios quiere a partir de la ordenación sacerdotal, algunas cosas y por encargo del p. Diego las empezaré, si Dios quiere y si el no tiene ninguna objeción, a encargarme un poco yo solo.”
Junto al p. Diego Kesler y a Maxi se encuentra el p. Leandro Volpe, originario de la parroquia Catedral Nuestra Señora de la Merced de Bahía Blanca.
Pero, cuál será el destino del diácono oriundo de Pringles una vez ordenado, se quedaría en Coronel Suárez? Esta pregunta habría que hacérsela al obispo, nos decía Garaicochea, “pero yo creo que si, uno va haciendo estimaciones de lo que ha pasado en años anteriores, creo que me quedaría en Suárez, por lo menos hasta fin de año”, expresó Maxi.
En otra parte de la conversación nos remontamos al seminario, a esos años de estudio y formación, pero la pregunta se centró en que rescataría de ese tiempo, que le enseñó puntualmente el seminario y, después de una respiración profunda Maxi dijo “a vivir yo, yo aprendí a vivir en el seminario. Si bien yo tenía un horario, una regla, a vos te pedían que tengas ciertas actitudes, ciertas responsabilidades, pero no iban a tras tuyo como en el jardín de infantes. Con sus más, con sus menos, yo aprendí a vivir y a priorizar cosas: que es más importante rezar o estudiar? Las dos cosas son importantes; que es más importante tener un momento de fraternidad o salir hacer un poco de deportes? Eso es vivir, saber cómo moverte en la vida, hacerlo responsablemente y hacerlo honradamente.”
También agregó “una de las cosas que me dio el seminario fue educarme a educarme más, ya no como hijo, sino como hombre. Que en definitiva el seminario está para eso: te puede enseñar toda la ciencia teológica, toda la ciencia filosófica y todo lo que vos quieras, yo creo que en el seminario aprendí eso y lo veía como necesario porque hay un principio en la filosofía y en la teología también, que dice ` la gracia supone la naturaleza´la eleva y la supone, pero la perfecciona, entonces si uno no aprende a vivir como hombre no puede ser cura.”
Y para finalizar esta entrevista, le pedimos un mensaje para la comunidad pringlense y sin titubear dijo “sigan rezando, que lo hacen muy bien. Y que no se olviden que somos un cuerpo en el cual todos estamos llamados a hacer cosas distintas pero que todos tenemos un mismo fin que es llegar a Jesucristo y que se llega por la oración. Y que Jesús tiene en cada comunidad una cabeza que, no descuiden ni dejen de desobedecer al párroco. Que sigan trabajando, que no es fácil la vida del cristiano, pero si a nuestro Señor no le fue fácil, porque a mí sí? Los aliento a que sigan así junto con el padre Ernesto puedan seguir caminando.”
Y es lo que esta comunidad está haciendo y debe seguir haciendo, trabajar unidos al párroco, pastor de este rebaño, que caminan unidos en oración y en acción, porque es así como avanza una comunidad que se siente y se dice iglesia.

Publicado en el diario El Orden en su edición del lunes 26 de julio de 2010